En las últimas décadas, muchos países de la región vienen experimentando movimientos masivos de personas que huyen de la pobreza extrema, de situaciones de violencia o de dificultades socioeconómicas, políticas y medioambientales. Familias enteras viajan grandes distancias en busca de seguridad, bienestar y mejores oportunidades. En América Latina y el Caribe (ALC), los flujos migratorios incluyen niños, niñas y adolescentes que, entre otras cosas, requieren acceso a servicios educativos. Pocos servicios son más importantes que la educación, y en la mayoría de los países de ALC existen leyes o estatutos que proporcionan este derecho universal sin discriminación, independientemente del estatus migratorio. Sin embargo, las familias migrantes se enfrentan a varios obstáculos que dificultan el acceso educativo y la inclusión.
La región está avanzando en su respuesta a estos desafíos. Los países receptores han implementado diferentes programas e intervenciones de cara al aumento de flujos migratorios que enfrentaron en los últimos cinco años. Esta publicación se enfoca en presentar los desafíos y oportunidades de esta compleja temática.