Aunque a diferentes velocidades, Iberoamérica avanza hacia la transformación energética para el uso y consumo de energías limpias. El mayor desafío es aumentar la generación eléctrica a partir de energías renovables no convencionales (solar, eólica) y promover la eficiencia energética para que las renovables sean capaces de abastecer toda la demanda energética.
Uruguay, Costa Rica, Colombia, Brasil y Chile son los cinco países latinoamericanos más adelantados en la transición energética y los primeros en el ranking de América Latina y el Caribe, al superar ampliamente el promedio regional de 58,6% en el Índice de Transición Energética (ETI), según datos del informe “Promoviendo una transición energética efectiva 2021” publicado por el Foro Económico Mundial.
El Índice de Transición Energética (ETI por sus siglas en inglés) compara el desempeño de los sistemas energéticos de 115 países en dos grandes áreas: rendimiento del sistema y preparación para la transición. Dentro del área de rendimiento se consideran variables como desarrollo y crecimiento económico, sostenibilidad medioambiental, seguridad energética y acceso a la energía. En este apartado, América Latina obtiene una puntuación promedio de 65.8, siendo el crecimiento y desarrollo económico sus puntos débiles.
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